miércoles, 27 de junio de 2012

Pasar de las palabras a las obras


Pasar de las palabras a las obras


EVANGELIO


Mateo 7, 15-20


15Cuidado con los profetas falsos, esos que se os acer­can con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. 16Por sus frutos los conoceréis; a ver, ¿se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?
17Así, los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. 18Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos, 19y todo árbol que no da fruto bueno se corta y se echa al fuego. 20Total, que por sus frutos los conoceréis.

Profeta es el que habla en nombre de Dios, pero hay quienes usurpan este lugar. Se preocupan de si mismo y no por las ovejas. Jesús advierte a su comunidad de lo peligrosos que son aquellos que dicen pero no hacen. Les hace ver que no son las palabras las que demuestran lo que somos, sino las obras. 

La comunidad no puede dormirse y dejar que los lobos la destrocen. El maestro da a la comunidad el criterio para distinguir a los embusteros; a los amantes de la demagogia, a los predicadores sin vida, a los comerciantes de la fe, a los vendedores de ilusiones. Las obras son el criterio. No nos engañemos los cardos no dan higos, ni las zarzas uvas.


Hoy los lobos se visten de funcionarios públicos, directores, de empresarios, d banqueros, hasta de curas. Se esconden detrás de una aparente civilidad o educación. Hay que tener cuidado y no dejarnos engañar por las apariencias.

Cuidado. Para Jesús las obras no son las que moldean a las personas, sino la actitud interna la que produce esas obras. Como diría el Padre Juan Mateos. SJ: "El obrar no determina la actitud, sino que nace de ella". 

Si el obrar no nace de una actitud de amor auténtico, corremos el riesgo de caer en el fariseismo (hacer obras para quedar bien con los demás y pasar como buenos), por eso la comparación que se utiliza es la del árbol. Jesús está poniendo aquí un ejemplo de lo que es vivir la bienaventuranza de la limpieza de corazón. Si el corazón es puro, el obrar será siempre bueno.

"Se corta y se hecha al fuego", más que una amenaza, es una figura de lo miserable que es la vida de alguien que habla mucho, pero no actúa. Viene a mi mente la frase: "el bien no hace ruido y el ruido no hace bien"

Tenemos que aprender a hablar menos y actuar más. Recuerdo que alguien dijo alguna vez: "Que hablen los que siempre están callados". Le conteste: "Mejor que se callen los habladores"


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