domingo, 28 de octubre de 2012

QUE RECOBRE LA VISTA


SI NO SE SUELTA EL MANTO NO SE PUEDE SER DISCÍPULO


EVANGELIO


MARCOS 10, 35-45


46a Y llegaron a Jericó.
46b Cuando salía de Jericó con sus discípulos y una considerable multitud, el hijo de Timeo, Bartimeo, ciego, estaba sentado junto al camino pidiendo limosna.
47-48 Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mi». Muchos le conminaban a que guardase silencio, pero él gritaba más y más: «Hijo de David, ten compasión de mi».
49-50 Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron al ciego diciéndole:
«Animo, levántate, que te llama». El tiró a un lado el manto, se puso en pie de un salto y se acercó a Jesús.
51 Entonces Jesús le preguntó: « ¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le contestó: «Rabbuni, que recobre la vista».
52 Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Inmediatamente recobró la vista y lo seguía en el camino.

Jericó fue el lugar donde según el Antiguo Testamento al toque de la trompeta las murallas se vivieron abajo. Ahí Josué comenzaba la entrada a la tierra prometida. De la misma manera que a Josué a Jesús lo sigue una gran cantidad de gente sólo que esta ocasión no abra murallas derribadas ni tierra prometida, sino la tierra de opresión y muerte desde donde Jesús realizará su éxodo al padre.

El ciego del Evangelio no lleva nombre. Bartimeo no es su nombre propio, es el hijo de Timeo. Lleva cargando el nombre de otro, su padre, que en el evangelio es figura de la tradición, del pasado. Es decir: lo que no le deja ver con claridad son las ideas que le han transmitido en el pasado, ya veremos a que ideas se refiere. El ciego estaba sentado a la orilla del camino, lugar donde cae la semilla, vienen los pájaro y se la comen. Los pájaros son satanás, y satanás es la representación del poder. El ciego no ve porque esta poseído por una ideología de poder. Pide limosna lo cual indica que está a merced de otros. Esa ideología que lo mantiene ciego se la han infundido, por eso cuando se entera que el que está pasando por ahí es Jesús Nazareno, título que le había dado el endemoniado en la sinagoga, grita: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mi» Su ceguera, producida por esta ideología, no le permite ver en Jesús un mesías que no sea al estilo de David, antepone el título al nombre y lo menciona dos veces.

Jesús hace llamar al ciego. Ellos suponen que Jesús ha aceptado el título de hijo de David, pero lo que Jesús va a ser es devolver la vista al ciego, darle la oportunidad de ver de manera diferente. El ciego tiró a un lado el manto, se puso en pie de un salto y se acercó a Jesús. El manto en la sagrada escritura es figura de la persona misma. Lo que el ciego está realizando es la renuncia así mismo, renegando de sí. Jesús había dicho que para ser su discípulo había que renunciar a sí mismo y cargar la cruz. Si no se suelta el manto, si no se reniega de sí mismo, no se puede recobrar la vista. El ciego ya no llama a Jesús: hijo de David, sino Rabuní, título con el que se dirigían a Dios mismo, el ciego esta reconociendo en Jesús al Dios hombre. Su salto representa su disponibilidad para seguir a Jesús.

La pregunta con la que Jesús se dirige al ciego es la misma que les dirigió a los hijos del Zebedeo. Ellos, a diferencia del ciego se obstinan en su ceguera: Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda el día de tu gloria.

Es la ideología del poder y de un mesías nacionalista lo que les impide ver con claridad el tipo de Mesías que es Jesús el hijo del hombre. Aferrados en un mesías davídico son capaces de todo: ¿sois capaces de pasar el trago que yo voy a pasar, o de dejaros sumergir por las aguas que me van a sumergir a mí? Le contestaron: -Sí, lo somos. Lo que Jesús espera es que como el ciego, se suelte primero el manto, se renuncie a uno mismo, nos pongamos de pie, como quien quiere empezar a caminar y lo sigamos. No se puede ser seguidor de Jesús sino se tira el manto.

También a nosotros nos han metido en la cabeza tantas ideologías contrarias al evangelio que hoy nos resulta difícil ver con claridad quien es verdaderamente Jesús. Nuestro egoísmo y ambición no nos permite mirar con amor a los otros. Seguimos sentados a la orilla del camino dejando que los pájaros (satanás, la ambición, el poder, etc.) sigan comiéndose la semilla del mensaje, dependemos, como mendigos, de la experiencia religiosa de otros, vivimos privados de la riqueza que representaría una experiencia personal de encuentro con Jesús. Hoy es urgente y necesario, soltar el manto,   pegar un brinco y ponernos en marcha. No podemos ser seguidores de Jesús si no estamos dispuestos a dejar el manto de nuestros intereses y seguimos al maestro que nos enseñó a dar la vida por los hermanos. El problema es que amamos tanto nuestro manto que resulta difícil abandonarlo.

sábado, 27 de octubre de 2012

LA NECESIDAD QUE TIENEN OTROS DE CAMBIAR SU FORMA DE VIDA LA TENEMOS TODOS


NI LA MANTANZA DE PILATOS NI EL ACCIDENTE DE SILOÉ SE DEBEN AL PECADO DE LAS VÍCTIMAS


Evangelio


Lucas    13, 1-9


13 1 En aquella ocasión algunos de los presentes le contaron que Pilato había mezclado la sangre de unos galileos con la de las víctimas que ofrecían. 2 Jesús les contestó:
-¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás, por la suerte que han sufrido? 3 0s digo que no; y, si no os enmendáis, todos vosotros pereceréis también. 4 Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? 5 Os digo que no; y, si no os enmendáis, todos pereceréis también.
6 Y añadió esta parábola:
-Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. 7 Entonces dijo al viñador:
-Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué, además, va a esquilmar la tierra?
8 Pero el viñador le contestó;
-Señor, déjala todavía este año; entretanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol; 9 si en adelante diera fruto..., si no, la cortas.

Piensan intimidar a Jesús contándole un hecho que consideran puede llenarle de miedo. Consideran que hablando de lo sucedido a los Galileos, Jesús, otro galileo, se amedrentara y desistirá de su proyecto: le contaron que Pilato había mezclado la sangre de unos galileos con la de las víctimas que ofrecían.

Siempre hay quien utiliza el miedo como instrumento para frenar los anhelos de libertad y la capacidad de expresión de quienes promueven esa libertad. Aquel día pensaron que ante lo hecho por Pilatos a los galileos Jesús se acobardaría y desistiría de su misión, pero no fue así.

Los fariseos tachaban a Jesús y sus discípulos de pecadores y quieren advertirle (amenazarlo) de que por ser pecadores les pasará lo que a los galileos. Jesús les hizo ver que aquellos Galileos no habían muerto por ser pecadores, y que cosas semejantes no les pasaban sólo a los Galileos, sino también a los jerosolimitanos: Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?

Jesús deja en claro que el argumento es erróneo y perverso; erróneo porque ni la matanza de Pilatos ni el accidente de Siloé se debe al pecado de las víctimas, y perverso porque con ello pretenden llenar de miedo a quienes insatisfechos de la doctrina oficial buscan en Jesús una alternativa que les llene de vida.

Casi siempre el que tacha a los otros de pecadores se considera justo, o el que ha librado la vida de peligros considera que le sucede porque es bueno, pero Jesús deja en claro las cosas: ellos no son menos pecadores que aquellos a quienes han culpado y la misma necesidad que tienen otros de cambiar de forma de vida la tenemos todos. Y es que de no reconocer esto nos puede pasar lo que a la higuera.

La vida tiene un tiempo y ese tiempo hay que vivirlo produciendo frutos. Quien no produce frutos vuelve la tierra inútil, su vida es inútil. ¡Cuidado no nos vaya a sorprender el tiempo de la cosecha! No es amenaza, pero no nos vaya a llegar el momento de producir frutos y vayamos a estar vacíos, llenos de hojas pero carentes de frutos.

Alentador es que papá Dios es misericordioso y nos brinda una nueva oportunidad para generar vida, pero triste es que al final de nuestra vida hayamos desaprovechado las miles de oportunidades que Dios había puesto en nuestras manos.

viernes, 26 de octubre de 2012

Permanecemos enanos cuando dejamos, que siempre otros, se encarguen de decirnos cómo, cuándo y dónde.


Nos vendemos como marionetas al mejor titiritero
EVANGELIO
LUCAS 12, 54-59

12, 54 Y añadió para las multitudes:
-Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. 55 Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. 56 ¡Hipócritas!, si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo es que no sabéis interpretar el momento presente? 57 y ¿por qué no juzgáis vosotros mismos lo que se debe hacer? 58 Por ejemplo, cuando vas con tu contrincante a ver al magistrado, haz lo posible por librarte de él mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.

Jesús se dirige a la multitudes para que estas reaccionen por si mismas lo que conviene hacer en ese presente que están viviendo. No puede entender, Jesús, que tengan, por ellos mismos, la capacidad de discernir los fenómenos de la naturaleza y no sepan discernir, por ellos mismos, lo que está sucediendo.

 Las multitudes, los hombres, preferimos que otros nos digan lo que hay que hacer para no equivocarnos, obedecemos ciegamente lo que otros nos dicen, queremos que desde arriba nos resuelvan la vida, nos vendemos como marionetas al mejor titiritero, y es ahí donde Jesús encuentra el problema.

Jesús quiere quitar los hilos con que los líderes religiosos de Israel controlan al pueblo: “¿por qué no juzgáis vosotros mismos lo que se debe hacer?”  El pueblo por miedo a sus dirigentes no es capaz de reorientar su vida a la propuesta del profeta de Galilea. Qué difícil es hacer que un hombre tome las riendas de su vida y decida por sí mismo lo que le conviene. Por miedo cuestionar, molestar o incomodar permitimos todo tipo de atropellos para otros y para con nosotros. Hemos olvidado que fuimos creados capaces de ver con nuestros propios ojos y analizar con nuestra propia conciencia lo que conviene a nuestro desarrollo. Permanecemos enanos cuando dejamos, que siempre otros, se encarguen de decirnos cómo, cuándo y dónde.  Jesús nos enseñó que somos capaces por nosotros mismos de reorientar el rumbo perdido.

Tenemos la capacidad de resolver entre nosotros los más grandes problemas que se nos presenten sin necesidad de someternos a quienes, en nombre del orden, elaboran estructuras que no generan el desarrollo humano: “cuando vas con tu contrincante a ver al magistrado, haz lo posible por librarte de él mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo. Estas medidas pudieran parecer la más sanas, pero no son sino el reflejo de que no hemos descubierto ni aprendido el potencial con que fuimos creados los seres humanos.

jueves, 25 de octubre de 2012

FUEGO HE VENIDO A LANZAR A LA TIERRA


Jesús no quiere entre los suyos una paz simulada


EVANGELIO


LUCAS 12, 49-53


49 Fuego he venido a lanzar a la tierra, y ¡qué más quiero si ya ha prendido! 50 Pero tengo que ser sumergido por las aguas y no veo la hora de que eso se cumpla. 51 ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? Os digo que paz no, sino división. 52 Porque, de ahora en adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; 53 se dividirá padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija contra madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra.

Juan el bautista había enseñado que Jesús bautizaría con Espíritu Santo y fuego, este fuego era entendido en sentido de destrucción, de aniquilación. En realidad el fuego del que habla Jesús es el Espíritu mismo que se posará sobre los apóstoles en formas como de lenguas como de fuego y que le llenará de fuerza y sabiduría para que con toda valentía anuncien a todos los hombres el designio de Dios sobre la vida y sobre sus hijos.

El anuncio de este designio, plan o proyecto generara la división, pues los que acostumbrados a mirarse a sí mismos sin detenerse a mirar a los otros, no pueden permitir que la luz revele lo más escondido de sus intereses. La reacción violenta es inevitable. Los amigos de la oscuridad buscaran dar muerte al generador de la libertad y de la vida: “…tengo que ser sumergido por las aguas y no veo la hora de que eso se cumpla”. Lo que ellos no saben es que la muerte de Jesús será el testimonio de que sólo una vida vivida como la de él tiene sentido. La muerte de Jesús servirá para que muchos se pregunten: ¿Cómo pudo alguien permanecer fiel, en nombre del amor, hasta la muerte? La respuesta la encontraran cundo ellos mismos, viviendo el estilo de vida de Jesús, descubran que sólo en la entrega generosa de su persona cobra sentido la existencia.

La división de la que habla el texto se da por la confrontación con el mensaje. El orden y la paz dados hasta ese momento son falaces, engañosos, fingidos. Jesús no quiere entre los suyos una paz simulada, brotada de las normas de convivencia, sino una paz sincera emanada del amor como esencia del hombre.

La unidad con Jesús ya no se da por lazos sanguíneos o culturales, se había mencionado antes, sino por la opción que se hace por su persona y por su mensaje. Por eso: “… de ahora en adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; se dividirá padre contra hijo e hijo contra padre, madre contra hija e hija contra madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra.” Es decir: los que hayan hecho la opción por Jesús y vivan según el espíritu, y los que se mantengan en las tradiciones del pasado.

martes, 23 de octubre de 2012

ES NECESARIO DESEMPOLVAR LA IMAGEN DEL JESÚS CON DELANTAL


ES NECESARIO DESEMPOLVAR LA IMAGEN DEL JESÚS CON DELANTAL

EVANGELIOLUCAS 

12, 35-38


35Tened el delantal puesto y encendidos los candiles; 36pareceos a los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para, cuando llegue, abrirle en cuanto llame. 37¡Dichosos esos siervos si el señor al llegar los encuentra despiertos! Os aseguro que él se pondrá el delantal, los hará recostarse y les irá sirviendo uno a uno. 38Si llega entrada la noche o incluso de madrugada y los encuentra así, ¡dichosos ellos! 

¿Qué es estar despiertos? ¿Qué es lo que nos adormece? Hay que contestar primero la segunda pregunta, después la primera. A menudo la gente cree estar despierta y considera que los demás están dormidos. Se llama despiertos a los que abusan de los otros y dormidos a los ingenuos. Pero en el evangelio las cosas no son así. En los pasajes anteriores Jesús ha advertido a sus discípulos de dos peligros: la hipocresía y codicia. La hipocresía adormece al hombre porque le hace creer que es lo que aparenta, y si lo que aparenta es deslumbrador, este, termina creyendo que es eso. La codicia por su parte lleva al hombre a creer que la abundancia de bienes le asegura la felicidad y la vida, pero ya analizamos que la vida es mucho más que llenar los bolsillos. El hombre duerme cuando poseído por la hipocresía y la codicia ya no es capaz de percibir el verdadero sentido de la vida y se pierde o deleita en lo superficial de una vida egoísta.

Después de esto ya podemos contestar la primera de las preguntas: ¿Qué es estar despierto? Estar despierto es no permitir a la levadura de los fariseos (hipocresía) ni a la insensatez del hombre rico (codicia) filtrarse en nuestra vida llevándonos a desgastar nuestras fuerzas en lo secundario y superfluo, es vivir la vida libre de toda atadura egoísta que nos haga vivir exclusivamente para nosotros olvidándonos de los otros, es adoptar una actitud positiva ante la vida y llenar de sentido la entrega por el prójimo, es tened el delantal puesto y encendidos los candiles para disfrutar cada una de las llegadas de Jesús el hijo del Hombre el diario acontecer de nuestra vida.

Os aseguro que él se pondrá el delantal, los hará recostarse y les irá sirviendo uno a uno. La imagen de Jesús servidor es edificante. Estamos acostumbrados a un Jesús al que hay que servir, adorar, ante al que hay que postrarse, al Jesús de poder, gloria y victoria. Hace falta, hoy más que nunca, desempolvar la imagen de este Jesús con delantal. Cuanto bien haría esta imagen en nuestra iglesia, en nuestras comunidades, grandes o pequeñas. Nos ayudaría a abandonar nuestras hambres de gloria y nos situaría en el terreno del servicio…

lunes, 22 de octubre de 2012

La vida no se trata de llenar los bolsillos como de llenar el corazón.


El hombre no puede convertirse en una maquina acumuladora de bienes.

EVANGELIO

Lucas 12, 13-21


13Uno de la multitud le pidió: -Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
14Le contestó Jesús: -Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?
15Entonces les dijo: -Mirad, guardaos de toda codicia, que, aunque uno ande sobrado, la vida no depende de los bienes. 16Y les propuso una parábola: -Las tierras de un hombre rico dieron una gran cosecha. 17Él se puso a echar cálculos: -¿Qué hago? No tengo dónde almacenarla. 18Entonces se dijo: -Voy a hacer lo siguiente: Derribaré mis graneros, construiré otros más grandes y almacenaré allí todo mi grano y mis provisiones. 19Luego podré decirme: "Amigo, tienes muchas provisiones en reserva para muchos años: descansa, come, bebe y date a la buena vida". 20Pero Dios le dijo: -Insensato, esta misma noche te van a reclamar la vida. Lo que tienes preparado, ¿para quién va a ser?21Eso le pasa al que amontona riquezas para sí y no es rico para con Dios.

Uno de la multitud: no tiene nombre, representa a todos aquellos que llevan en su corazón y pensamiento la idea de que el dinero puede resolver la vida. Es uno el que habla pero muchos los que “viven” así. Se dirige a Jesús pensando que este servirá de árbitro al estilo de los rabinos, pero ignora que Jesús es contrario al sistema donde el dinero sume en la miseria y la injusticia a los hombres. El hombre ve en la parte de la herencia su tabla de salvación, considera que con ella podrá asegurar su vida.

Jesús, al no tomar partido, hace notar que él no toma parte de un sistema explotador. Si interviene, a favor o en contra, estaría avalando una sociedad donde el dinero se convierte en señor de los hombres. La propuesta de Jesús no es una opción socioeconómica, va mucho más allá de todo esto.

La parábola del hombre rico quiere mostrarnos una nueva forma de situarnos ante la vida. Esta no puede depender de la cantidad de bienes que se posean ¿Cuántas veces no lo habremos dicho o escuchado? La vida no se trata de llenar los bolsillos como de llenar el corazón. La vida no es cuanto tengo sino como vivo. La misma necesidad, por muy grande que esta sea, no puede reducirme a un objeto de producción o de consumo. El hombre no puede convertirse en una maquina acumuladora de bienes.

“Él se puso a echar cálculos: -¿Qué hago?” ¿Qué hago? Es la pregunta ¿qué hacer? El problema es que  a la hora de pensar nos equivocamos y como el hombre de la parábola optamos por lo que creemos nos puede asegurar el futuro. Pero una cosa es asegurar el futuro, que quien sabe si llegará, y otra asegurar la vida. La vida no está garantizada por la abundancia de bienes acumulados. El mucho tener o el mucho gastar no es el mucho vivir.

“Pero Dios le dijo: -Insensato, esta misma noche te van a reclamar la vida” No es Dios el que al ver su actitud le va a retirar la vida. La vida está llena de circunstancias que hacen que vivamos hoy y no mañana, y por mucho que hayamos acumulado, al final la muerte no repara en esas cosas. Se es insensato cuando creemos que por tener llenos los bolsillos la vida está asegurada. Cada día es un don y una tarea y hay que vivirlo plenamente. El hueco del corazón no lo llenan las riquezas.

“Eso le pasa al que amontona riquezas para sí y no es rico para con Dios.” Pero, ¿Qué es lo que vale ante Dios? Cuando uno acumula otro se queda sin nada. En la comunidad cristiana debe existir la conciencia de que cuando uno acapara hay otros que sufren y que cuando ayudamos a otros a remediar sus males experimentamos una felicidad y una vida que no se consiguen con dinero.

viernes, 19 de octubre de 2012

EL PAN INFLADO NO ES MAS HARINA QUE EL SIN LEVADURA


Escondidos en la comunidad cristiana pueden encontrase personas que no buscan el bien de los otros


EVANGELIOLUCAS 

12, 1- 7


12 1 Entretanto, miles y miles de personas se habían aglomerado hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó- a hablar, dirigiéndose en primer lugar a los discípulos:
-Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. 2 Pero nada hay encubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse; 3 porque lo que dijisteis de noche se escuchará en pleno día, y lo que dijisteis al oído se pregonará desde las azoteas.
4 Os digo a vosotros, mis amigos: No temáis a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer más. 5 Os voy a indicar a quién tenéis que temer: Temed a aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar al quemadero. Sí, os lo digo, a ése temedle. 6 ¿No se venden cinco gorriones por cuatro cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo de ellos está olvidado por Dios. 7 Es más, hasta los pelos de vuestra cabeza están todos contados. No tengáis miedo: valéis más que todos los gorriones juntos.

Todo indica que Jesús no advierte de algo que pueda suceder entre sus discípulos, sino más bien de algo que ya está pasando: la hipocresía. La hipocresía se filtra como la levadura que no se ve pero infla la masa. Escondidos en la comunidad cristiana pueden encontrase personas que no buscan el bien de los otros como de aparentar ante los demás que todo en ellos es bueno. La mucha gente no es garantía de fidelidad al mensaje, no son las grandes cantidades de gente ni el tamaño lo que demuestra que vamos por buen camino; el pan inflado no es más harina que el sin levadura. Se trata nuevamente de la apariencia sobre lo real, de darle más importancia a la belleza del frasco que al contenido: -Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía…

La falsedad termina descubriéndose por sí misma, no puede tolerar la presencia de lo genuino: nada hay encubierto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. Esta advertencia tendría que convertirse en un aliciente para desterrar todo encubrimiento y justificación a nuestro “guardar las apariencias”, sin embargo la tentación de aparecer como los buenos está tan arraigada en nosotros que parece imposible acabar con ella. Nos hemos acostumbrado a vivir fingiendo que nos da miedo retomar lo verdadero, se nos ha hecho cotidiano y normal vivir de la apariencia que nos aterra lo auténtico. O simplemente traemos un pasado de traiciones a lo sincero que nos ata para emprender el camino de lo evangélico.

No tener miedo es la propuesta de Jesús. El miedo destruye, paraliza, nos hace esclavos y nos coloca bajo el dominio de quien aparece como más grande que nosotros. Hay muchos miedos a vencer: el primero es al fracaso, el segundo a defraudar a alguien, el tercero a mostrarnos como realmente somos, el cuarto al qué dirán, el quinto a descubrir que no somos quien siempre hemos creído, etc. Esto no corresponde a una enumeración sicológica, sino solo a la mención de la infinidad de miedos.
A Dios sería al único a quien habría que tenerle miedo, pero resulta que él es tan bueno que cuida de los gorriones y ha tenido la delicadeza de contar nuestros cabellos. Por lo tanto no hay razón para tenerle miedo pues valemos más que todos los pajarillos.

martes, 16 de octubre de 2012

HOY NUESTRA SOCIEDAD ACUDE A UN ESPECTÁCULO DONDE SOBRE ABUNDA LO SUPERFLUO Y SE SUPRIME LO PROFUNDO


La libertad de un hombre no está sujeta a la meticulosidad de otro.


EVANGELIO


LUCAS 11, 37-41


37 Apenas terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. El entró y se recostó a la mesa. 38 El fariseo se extrañó al ver que no hacía abluciones antes de comer, 39 y el Señor le dijo:
-De modo que vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis repletos de robos y maldades. 40 ¡Insensatos! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? 41 En vez de eso, dad lo que tenéis en limosnas y así lo tendréis limpio todo.
Breve pero sustancioso es el evangelio de hoy.

La comida es en muchas culturas un momento de especial amistad, no es solo el ingerir alimentos para conservar la vida, ni siquiera es el placer de alimentarse. El comer es la posibilidad de encontrarse con el otro como amigo.  Sin embargo hay quienes se empeñan en hacer de está un escenario para el juicio.

Jesús se recuesta a la mesa que es la postura de los hombres libres. Esta libertad le lleva no sujetarse al ritual del lavado de las manos. Esto provoca la extrañeza del fariseo. La casa del fariseo no  puede convertirse para Jesús en un lugar que lo esclavice. La libertad de un hombre no está sujeta a la meticulosidad de otro.

Jesús aprovecha el acontecimiento para revelar el sentido profundo de la vida y de la libertad, del bien y del amor. Este no está en la limpieza ritual, sino en el compromiso del amor, no está en el exterior de una persona, como en su interior (…limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis repletos de robos y maldades. 40 ¡Insensatos! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?)

Interior contra exterior.
Hoy vivimos bombardeados por incontables productos para mejorar el aspecto externo de la persona. Desde la crema más sencilla hasta la cirugía más compleja todo está encaminado a mejorar el aspecto exterior de la persona. Hay de todo para embellecer lo de fuera y de nada para embellecer lo de dentro. Hoy nuestra sociedad acude a un espectáculo donde sobreabunda el deseo de lo superfluo y se   suprime lo profundo, donde se rinde culto a la cáscara y se desprecia la pulpa. 

De ninguna manera estamos diciendo que lo exterior no sea importante, ni que la búsqueda de las mejoras externas no sea válida, pues el que hizo lo de fuera también hizo lo de dentro. Tampoco hablamos aquí del retorno al desprecio al cuerpo de algunas filosofías o teologías, sino de que no por cuidar lo de fuera estemos descuidando lo de dentro.

domingo, 14 de octubre de 2012

¿REINO DE DIOS O VIDA ETERNA?


ENFOCADOS EN EL MÁS ALLÁ EVADIMOS LOS PROBLEMAS DE NUESTRO PRESENTE
EVANGELIO
MARCOS 10, 19-30

19Ya sabes los mandamientos: no mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, sustenta a tu padre y a tu madre. 20Él le declaró: -Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven: 21Jesús se le quedó mirando y le mostró su amor diciéndole: -Una cosa te falta: ve a vender todo lo que tienes y dáselo a los pobres, que tendrás en Dios tu riqueza; y anda, ven y sígueme. 22A estas palabras, el otro frunció el ceño y se marchó entristecido, pues tenía muchas posesiones. 23Jesús, paseando la mirada alrededor, dijo a sus discípulos: -¡Con qué dificultad van a entrar en el reino de Dios los que tienen el dinero! 24Los discípulos quedaron desconcertados ante estas palabras suyas. Jesús insistió: -Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios para los que confían en la riqueza! 25Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que no que entre un rico en el reino de Dios. 26Ellos comentaban, enormemente impresionados: -Entonces, ¿quién puede subsistir? 27Jesús se les quedó mirando y les dijo: -Humanamente, imposible, pero no con Dios; porque con Dios todo es posible. 28Pedro empezó a decirle: -Pues mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos venido siguiendo. 29Jesús declaró: -Os lo aseguro: No hay ninguno que deje casa, hermanos o hermanas, madre o padre, hijos o tierras, por causa mía y por causa de la buena noticia, 30que no reciba cien veces más: ahora, en este tiempo, casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y tierras  entre persecuciones- y, en la edad futura, vida definitiva.


Imposible abracar en su totalidad el mensaje de un texto como este. Intentemos ser breves sin traicionar el mensaje profundo.
El hombre del evangelio de hoy es alguien, que según la parábola del sembrador la semilla no ha fructificado. Es un hombre que no es terreno fértil debido a sus muchas posesiones.

Está preocupado por la vida eterna, la vida terrena la tiene resuelta, es rico. Y desde luego esto le ciega no permitiéndole ver la infinidad de hombres a quienes pudiera hacerles bien.
La vida eterna se consigue cumpliendo los mandamientos dados por Moisés, y sólo los de carácter ético, porque los que tienen que ver con Dios no se mencionan. Aquí surge la pregunta: ¿si el camino a la vida eterna estaba enseñado por Moisés cual fue la Misión de Jesús? El evangelio de hoy lo responde.

Jesús habla del reino de Dios mucho más que de la vida eterna, esta será herencia del Padre después de esta vida. El reino de Dios es experiencia, tarea, misión. Jesús no vino a enseñar el camino a la vida eterna, vino a enseñar cómo construir el reino de Dios. Es decir: cómo lograr que todos los hijos e hijas de Dios sean felices y vivan dignamente. Vino a darle sentido a la vida y enseñarnos a llenar de felicidad los 10, 15, 40, 70 o más años que vayan a vivir nuestros hermanos los hombres. Nos enseñó que hacer con los muchos o pocos años que viviremos en este mundo. Quiso que aprendiéramos que la felicidad se consigue haciendo felices a los otros, que hay un tesoro más grande que todo el oro del mundo, que el reino de Dios es esa experiencia de sentirse hermano de cada niño, hombre, mujer, anciano; que papá Dios nos quiere ver como hermanos y quiere que hagamos más digna la vida de todos sus hijos. El problema es que enfocados en el más allá (vida eterna) nos dormimos y olvidamos construir en el más acá el reino de Dios la comunidad de hermanos.

Unas breves palabras sobre la recompensa: casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y tierras  entre persecuciones- y, en la edad futura, vida definitiva. El evangelio de ninguna manera se refiere a un pacto con Dios en el cual si yo me desprendo de mi casa, el por este desprendimiento va a bendecirme con muchas otras. No, el evangelio habla del reino como experiencia de fraternidad, en consecuencia, entre más hermanos tengo, por la experiencia del amor fraternal, más casas tengo, porque la casa del hermano es mi casa y la mía es suya. Lo mismo pasa con las mamás, las hermanas, los hermanos, los hijos. El reino de Dios es la gran familia que vive según el designio de Dios. La vida eterna será la herencia de nuestro Padre para los que hemos vivido como hijo y como hermanos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

PADRE, PROCLÁMESE ESE NOMBRE TUYO


EVANGELIO
LUCAS 11, 1-4

11 1 Una vez estaba él orando en cierto lugar; al terminar, uno de sus discípulos le pidió: -Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.
2 Él les dijo: -Cuando oréis, decid: "Padre, proclámese ese nombre tuyo, llegue tu reinado; 3 nuestro pan del mañana dánoslo cada día 4 y perdónanos nuestros pecados, que también nosotros perdonamos a todo deudor nuestro, y no nos dejes ceder a la tentación".

Siempre nos han dicho que para orar con eficacia hay que buscar el lugar propicio, para Jesús no es cuestión de lugar, sino de actitud. El evangelio de hoy no precisa el lugar de la oración de Jesús.

Por otro lado el discípulo no pide aprender a orar como Jesús, sino que se les enseñe como Juan a sus discípulos. Se buscan formas que faciliten y garanticen la eficacia de la relación con Dios, aunque vengan de otros y no de ellos mismos, ignorando que la eficacia no esté en lo que se repite con la mente o con los labios, sino de lo que brota del corazón de un hijo frente a su Padre.

Jesús no enseña una formula. Enseña una manera nueva de relacionarse con Dios. Primero, la relación con Dios ha de ser en términos de familiaridad, las religiones antiguas se encargaban de hacer inaccesible a Dios. Jesús lo acerca al hombre y este, con toda familiaridad lo puede llamar Padre. Segundo: esta familiaridad no debe ser privilegio de algunos, por eso, que Dios es Padre, debe no sólo ser conocido de todos como experimentado. Tercero: el reinado de Dios es la experiencia de una comunidad de vida, amor y libertad, donde todos los Hijos conviven como hermanos. La comunidad desea que esa experiencia llegue a todos, por eso pide: llegue tu reinado. Cuarto: hay cosas que pensamos que son propias de la otra vida, del mañana, del futuro escatológico, pero aquí de lo que se trata es precisamente de lo contrario, es decir: que lo que se pensaba para la eternidad comience a vivirse hoy. De aquí que la Eucaristía, singo del banquete celestial, sea una realidad presente que anticipa lo eterno. Quinto: la comunidad que ha perdonado puede, frente a Dios, pedir también ser perdonada confiando en que así será. Sexto: las tentaciones de Jesús en el desierto son las mismas tentaciones de la comunidad. El providencialismo infantil, el poder, la fama, lo espectacular, la gloria, tentaran al discípulo, pero el maestro ya les ha dado ejemplo de que de todo ello se puede salir más que victorioso.

martes, 9 de octubre de 2012

NO GENERAR, PARA LA MUJER, ESPACIOS DE VIDA PLENA EN LA IGLESIA, ES TRAICIONAR EL CONCILIO Y EL EVANGELIO


Soñamos, deseamos y trabajamos por una sociedad con más mujeres como María y menos como Marta.


EVANGELIOLUCAS 10, 38-42


38 Mientras iban de camino entró también él en una aldea, y una mujer de nombre Marta lo recibió en su casa. 39 Ésta tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor para escuchar - sus palabras.
40 Marta, en cambio, se dispersaba en múltiples tareas. Se le plantó delante y le dijo:
-Señor, ¿no se te da nada de que mi hermana me deje sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
41 Pero el Señor le contestó:
-Marta, Marta, andas preocupada e inquieta con tantas cosas: 42 sólo una es necesaria. Sí, María ha escogido la parte mejor, y ésa no se le quitará.


Este es uno de los pasajes que no ha sido interpretado correctamente y que hemos aceptado sin cuestionar si lo que nos dicen corresponde a lo que el evangelista quiso enseñar.
Durante mucho tiempo nos han dicho que María representa la vida contemplativa y Marta la vida activa en la Iglesia; oración y acción dentro de la Iglesia. Sin embargo, el texto se refiere más bien a Marta como a los discípulos que fieles a la ley no dan espacio al espíritu y que prefieren regir su vida con los criterios antiguos. María por su parte asume el lugar de discípulo poniéndose a los pies del Maestro atento a la escucha del mensaje, abierta a la novedad que trae el maestro.
En clave femenina es importante descubrir dos actitudes diferentes en estás mujeres y atrevernos a proponer una nueva manera de entender el mensaje. En Israel los rabinos afirmaban que la mujer no estaba hecha para la enseñanza, que era preferible que una página de la Escritura cayera en el fuego que en manos de una mujer, que si Dios hubiera querido que las mujeres tuvieran el acceso a la ley no hubiera entregado las tablas a Moisés, sino a Miriam. Por eso cuando María adopta la actitud del discípulo plantándose a los pies del maestro, para escucharlo, está haciendo algo revolucionario. María va en contra de lo que siempre se ha dicho y hecho y se atreve a realizar una actividad que según los judíos estaba reservada a los varones. Marta por el contrario adopta la actitud de la mujer atada a las tradiciones o costumbres, pues también lo rabinos afirmaban que la mujer había sido creada solo para el quehacer de la casa y para tener y criar a los hijos, por esta razón aparece haciendo lo que creía que era su función: tener en orden la casa (Cf. Prov. 31, 10-12).
Pudiéramos concluir diciendo que María representa a las mujeres que no se dejan aprisionar por el absurdo e irracional orden establecido, que son capaces de descubrir en sí mismas todas las potencialidades que poseen y no sepultan sus talentos, sino que por el contrario arriesgan todo por vivir en plenitud la vida. Marta por el contrario representa a esas mujeres que no se atreven a romper los patrones establecidos que las someten y prefieren engañarse creyendo que lo que hacen es lo que les hace felices. Cuidado tampoco se trata de una rebeldía brotada del sentimentalismo, sino del compromiso pensante y legítimo de vivir en plenitud la vida sin dañar a nadie. No hagamos en nombre de nuestros derechos daño a otros que también sufren. Siempre hay una alternativa posible y humanizante, el secreto y el trabajo es descubrirla.
Soñamos, deseamos y trabajamos por una sociedad con más mujeres como María y menos como Marta.

lunes, 8 de octubre de 2012

FINGIMOS NO SABER QUIEN ES EL PRÓJIMO


FINGIMOS NO SABER QUIEN ES EL PRÓJIMO
EVANGELIO
LUCAS 10, 27-35

25 En esto se levantó un jurista y le preguntó para ponerlo a prueba:
-Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida definitiva?
26 ÉL le dijo:
-¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo es eso que recitas?
27 Este contestó:
-"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente. Y a tu prójimo como a ti mismo".
28 Él le dijo:
-Bien contestado. Haz eso y tendrás vida.
29 Pero el otro, queriendo justificarse, preguntó a Jesús:
-Y ¿quién es mi prójimo?
30 Tomando pie de la pregunta, dijo Jesús:
-Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y lo asaltaron unos bandidos; lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon dejándolo medio muerto. 31 Coincidió que bajaba un sacerdote por aquel camino; al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. 32 Lo mismo hizo un clérigo que llegó a aquel sitio;- al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. 33 Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba el hombre y, al verlo; se conmovió, 34 se acercó a él y le vendó las heridas echándoles aceite y vino; luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. 35 Al día siguiente sacó dos denarios de plata y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más te lo daré a la vuelta". 36 ¿Qué te parece? ¿Cuál de estos tres se hizo prójimo del que cayó en manos de los bandidos?
37 El jurista contestó:
-El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo.
-Pues anda, haz tú lo mismo.

Sé que muchos ante un pasaje como este descubren mucha tela de donde cortar para elaborar una predicación maravillosa, pero yo confieso que, por el contrario, un texto cómo este me lleva al silencio y descubrir, con tristeza, que estamos muy lejos de entender lo que significa el amor al prójimo.
Por esta razón hago a un lado las muchas reflexiones que pudiera hacer de este pasaje, comparto una experiencia que nos acerca al prójimo de carne y hueso  y, por otro lado, recomiendo la lectura: “Tras la huellas del Samaritano” ; Alessandro Pronzato; Sal Terrae.

¡Qué lejos estamos del amor al prójimo!


        Era jueves y el padre N se preparaba para iniciar la hora santa, cuando llegó al templo se percató que ahí se encontraba el coro que cantaba los domingos a las  seis de la tarde, al que días anteriores había invitado para que participaran.

Se acercó hasta ellos y ultimaron detalles sobre los cantos, acordaron que,  ellos cantarían y el padre, como siempre, encabezaría la oración. Se encaminó rápidamente a la capilla del santísimo pues el tiempo estaba corriendo, tomó el Santísimo en sus manos y fue hasta el altar donde estaba colocada ya la custodia.

Como de costumbre, se dirigió hacia la banca donde cada ocho días le esperaba el micrófono y la guitarra que con anterioridad los hermanos preparaban, sólo que aquella tarde no la utilizaría. Tomó el micrófono en sus manos e intentó concentrarse en el canto para comenzar la oración.

Dio inicio a la oración, se sentía inspirado, aunque recordaba que apenas ocho días antes, se había sentido vacío y había terminado insatisfecho, sin embargo, por fin el viernes por la mañana le había caído el veinte, padecía el síndrome de burnout o del trabajador quemado.

Con anterioridad muchos le habían advertido del estrés que le notaban e incluso sobre el posible padecimiento del síndrome, pero él lo negaba, pues cada que llegaba el jueves de la hora santa se sentía pleno y con nuevas fuerzas, pero el jueves anterior ya no había sucedido eso, quiso justificarse internamente achacándolo a que en jueves anteriores no había estado, pues con las semanas de formación permanente, a las que el obispo le había mandado, impidieron su presencia.
Trató de hacer a un lado el cansancio y continuó con su oración, cerró levemente los ojos para poder concentrarse, de repente los abrió instintivamente y ahí frente a él estaba extendiendo la mano, Jesús, que era como él llamaba al mudito que a menudo frecuenta la parroquia, pues con sus muchas actividades, aunque lo había pensado en varias ocasiones, no se había dado el tiempo de investigar su nombre.

Lo saludó y le regaló una sonrisa e intentó continuar con la oración que estaba haciendo, sin embargo le fue muy difícil, pues Jesús al ver a un lado la guitarra la tomó consigo y comenzó a rasguear a todo lo que daba.

El padre N trataba de concentrarse pero Jesús le sonreía y tocaba cada vez más fuerte. El coro se oía poco, pues los rasgueos de Jesús no paraban. El padre miraba a Jesús sonriendo y rasgueando con toda fuerza. Perdió la concentración por completo y se sumergió en otros pensamientos.

Primero pensó pedir a Jesús que se callara y arrebatarle la guitarra, pero Jesús no dejaba de rasguear y sentirse feliz con la guitarra, entonces el padre pensó, ¿cuál sería la actitud de Dios en este momento? Se ha de estar riendo de mí por lo que estoy pensando.

Imaginó a Dios retorciéndose de la risa por aquello que parecía una broma, finalmente tomó conciencia de lo que estaba pasando, ¿qué era lo que realmente le estaba agradando a Dios en ese momento? ¿Su rutinaria oración de cada 8 días o la alegría con que rasgueaba a aquel muchacho? ¿Los cantos de aquel coro que se esforzaba por hacerlo todo en tono meditativo o la fuerza con que Jesús rasgueaba y de repente balbuceaba alguna palabra? Sin duda, la alegría de aquel muchacho.

Así que detuvo su oración y permitió que Jesús siguiera rasgueando, sin dejar de hacerse mil preguntas.

¡Qué lejos estamos de entender a Dios! y qué lejos estamos de amar al prójimo, pensó el Padre, pues aunque él lo había entendido ¿cómo hacerlo entender a todos los que frente al santísimo habían ido a encontrar un momento de armonía? pero que con los rasgueos de Jesús se había perdido.

Al terminar la celebración no faltó quien se acercara al padre para expresarle: ¡Que atrevido ese muchacho, mire que ponerse a tocar como loco, ahora si no pudimos rezar a gusto! ¡Poco falto para que me levantara y lo sacara! Dijo otra. ¡Si para la próxima usted no le dice nada, lo vamos hacer nosotras!

A partir de ahí, el padre no dejaba de repetirse: ¡Señor, que lejos estoy del amor al prójimo y que lejos estamos de conocerte! ¿Cómo hacerle entender a esta gente que para ti hay cosas más importantes? ¿Cómo?

sábado, 6 de octubre de 2012

EL AMOR MATRIMONIAL SÓLO ES POSIBLE EN LA IGUALDAD DEL HOMBRE Y LA MUJER


SI NO HAY IGUALDAD EL AMOR MATRIMONIAL NO PLENIFICA
EVANGELIO
MARCOS 10, 2-16



2Se acercaron unos fariseos y, con intención de tentarlo, le preguntaron si está permitido al marido repudiar a su mujer. 3El les replicó: -¿Qué os mandó Moisés?
4Contestaron: -Moisés permitió repudiarla, dándole un acta de divorcio.
5Jesús les dijo: -Por lo obstinados que sois os dejó escrito Moisés ese mandamiento. 6Pero, desde el principio de la humanidad Dios los hizo varón y hembra; 7por eso el hombre dejará a su padre y a su madre 8y serán los dos un solo ser; de modo que ya no son dos, sino un solo ser.9Luego lo que Dios ha unido, que no lo separe un hombre. 10En la casa, los discípulos le preguntaron a su vez sobre lo mismo. 11Él les dijo: -El que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; 12y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio. 13Le llevaban chiquillos para que los tocase, pero los discípulos se pusieron a regañarles. 14Al verlo Jesús, les dijo indignado: -Dejad que los chiquillos se me acerquen, no se lo impidáis, porque los que son como éstos tienen a Dios por rey. 15Os lo aseguro: quien no acoja el reino de Dios como un chiquillo, no entrará en él. 16Y, abrazándolos, los bendecía imponiéndoles las manos.

Los fariseos no eran tan buenos como se creían. Aparecen siempre como adversarios de Jesús. Esta vez quieren ponerle una trampa: le preguntaron si está permitido al marido repudiar a su mujer.

Había dos corriente en tiempo de Jesús, la de la escuela de Hillel y la de Shamai. Hillel afirmaba que bastaba cualquier motivo para que el hombre repudiara a la mujer. El Rabino Aqiba, siguiendo esta corriente, decía que bastaba con que el hombre encontrara una mujer más hermosa que la propia para hacerlo. Para Shamai era necesario que hubiera una acción deshonesta (impúdica), por parte de la mujer, para extenderle el acta de repudio. Ninguna de las corrientes debatía si la mujer podía hacerlo. Para ambas esto era un privilegio del varón.

Jesús no se detiene en la discusión de estás corrientes, va a ir a lo profundo. Va enseñar que ni siquiera Moisés acertó en la decisión que tomó, pues lo hizo no basado en el proyecto de Dios, sino en la dureza del corazón de ellos y va a afirmar la igualdad entre el hombre y la mujer, pues desde el principio de la humanidad Dios los hizo varón y hembra… No sólo varón. Es decir la decisión del repudio no puede ser privilegio del hombre y perjuicio de la mujer. No ha de ser sólo el hombre quien decida, no puede esto ser una decisión unilateral. Pues ambos dejan a su padre y a su madre para ser un solo ser. La razón es que han encontrado un amor que les hace capaces de renunciar a sí mismos, para construir una comunidad de amor donde nadie es amo de nadie.

El designio del Dios es que el hombre y la mujer que han decidido unir sus vidas puedan, libres de todo egoísmo y superioridad, desarrollarse plenamente en el amor. Donde hay sumisión no hay amor, donde se toman decisiones arbitrarias y unilaterales no hay amor, donde se vive una relación de servidumbre no hay amor. El amor matrimonial sólo es posible entre personas que, libres de todo afán de dominio, deciden compartir su vida ayudándose a alcanzar la plenitud humana.

            El evangelio no pretende tratar el tema del divorcio, sino el tema de la igualdad de dignidad y derechos entre el hombre y la mujer, sin la cual es imposible una relación de auténtico amor matrimonial. Y lo que Dios ha querido que sea igual, no puede el varón desigualarla.