miércoles, 3 de octubre de 2012


EVANGELIO
LUCAS 9, 57-62
NO HAY REBAJAS EN EL EVANGELIO

57 Mientras iban por el camino, le dijo uno: -Te seguiré adondequiera que vayas. 58 Jesús le respondió: -Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
59 A otro le dijo: -Sígueme. El respondió: -Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.
60 Jesús le replicó: -Deja que los muertos entierren a sus propios muertos; tú vete a anunciar por ahí el reinado de Dios.
61 Otro le dijo: -Te seguiré, Señor, pero permíteme despedirme primero de mi familia.
62 Jesús le contestó: -El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el reino de Dios.

Interesante el pasaje de este día. El camino no es geográfico, es el camino a Jerusalén, lugar donde el señor entregara la vida y se enfrentara a sus crueles enemigos. Jerusalén es el lugar donde se concentra el poder en todos los sentidos. Jesús, se ha dicho unos versículos anteriores, ha tomado la firme determinación de ir a Jerusalén. Su decisión es irrevocable, está dispuesto a entregar la vida. Quien quiera seguirle ha de estar dispuesto a lo mismo. Por eso las exigencias siguientes.

1.     “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hombre no tiene donde reclinar la cabeza” La libertad que Jesús pide a sus seguidores ha de ser absoluta, libre de todo apego que le impida estar dispuesto a la entregarse, y es que todos, de alguna manera, tenemos apegos, incluso la zorra por muy insignificante que parezca tiene una madriguera donde refugiarse a la hora del peligro, o el pájaro, por muy libre que sea, al acercarse las tinieblas de la noche no abandona su nido. La libertad del seguidor de Jesús ha de ser universal, sin apego a una institución que nos ate (madriguera-nido).

2.     A otro le dijo: -Sígueme. El respondió: -Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.  Jesús le replicó: -Deja que los muertos entierren a sus propios muertos; tú vete a anunciar por ahí el reinado de Dios. El padre era el símbolo de la tradición o el pasado al que el hijo quedaba anclado sin posibilidad de ser el mismo. El hijo ha de ser la representación de su padre. Jesús quiere que el discípulo tenga la total apertura para aceptar el mensaje del Reino. La muerte del padre sugiere que este discípulo ya ha roto con las tradiciones que le atan, ahora Jesús lo invita a olvidar el pasado y vivir el presente. El presente es el Reino de dios que tiene que anunciar. El pasado ha sido superado y la novedad es Jesús y su mensaje (vino nuevo y odres nuevos).

3.     Te seguiré, Señor, pero permíteme despedirme primero de mi familia. Jesús le contestó: -El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el reino de Dios. La familia es figura del grupo humano al que se pertenece. En este caso puede tratarse de los samaritanos que han decidido ir con Jesús. También ellos tienen apego a su manera de ver las cosas. Jesús no quiere que una vez que han decidido acompañarlo renuncien por añoranza al grupo al que pertenecen.

4.     Otro de los problemas que hay que resolver es del pensar que esté evangelio es sólo para aquellos que han decidido consagrar su vida. No es así. Las exigencias del evangelio son para todo cristiano, no exclusivas para monjas y curas. No hay un evangelio para curas y otro para laicos, esas divisiones las hemos hecho nosotros. Cada uno sabe sus limitaciones y hemos de hacer nuestras propias renuncias, pero no se trata de abaratar el evangelio y acomodarlo a nuestra conveniencia.

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