lunes, 27 de agosto de 2012

CUIDADO CON LOS FANTISMOS


El problema de los fanáticos es que creyendo agradar a Dios terminan agradándose a sí mismos

MATEO 23, 13-22


13¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, qué les cerráis a los hombres el reino de Dios! Porque vosotros no entráis, y a los que están entrando tampoco los dejáis.
15¡Ay de vosotros; letrados y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros!
16¡Ay de vosotros, guías ciegos, 'que enseñáis:' «Jurar por el santuario no es nada; pero jurar por el oro del santuario obliga»! 17¡Necios y ciegos! ¿Qué es más: el oro o el santuario que consagra el oro?18O también: «Jurar por el altar no es nada, pero jurar por la ofrenda qué está en el altar obliga». 19¡Ciegos! ¿Qué es más: la ofrenda o el altar, que hace sagrada la ofrenda? 20Quien jura por el altar, jura al mismo tiempo por todo lo que está encima; 21y quien jura por el santuario, jura al mismo tiempo por el que habita en él: 22y quien jura por el cielo, jura por el trono dé Dios y por el que está sentado en él.


Siempre hay quienes se oponen a que el reino se establezca, y no sólo eso, sino que además impiden que otros gocen de lo que ellos rechazan. Los letrados aprovechaban su autoridad intelectual para influir en otros y rechazaran el mensaje de Jesús, y los fariseos su fama de buenos. Estos tienen una gran responsabilidad porque debieran ser los primeros en preparar los corazones de los hombres para el encuentro sincero con Dios. No sé por qué motivo siempre hay argumentos intelectuales o fanáticos para oponerse a la práctica de amor del amor evangélico. Y tampoco sé por qué quienes con sus razonamientos teológicos o fanatismos son capaces de conseguir adeptos que incapaces de cuestionar la doctrina propuesta. Me cuesta trabajo digerir que existan quienes sean capaces de argumentar y señalar como desubicados a quienes luchan evangélicamente por construir un mundo de hermanos. Entiendo que es más cómodo engañarse en una espiritualidad desencarnada de la realidad y distante de la puesta en práctica del amor al prójimo. Pero argumentar desde Dios este engaño, no puedo entenderlo.

Los fariseos y los letrados misionaban para convertir a los paganos, y mediante un baño ritual y la circuncisión, los llevaban al fiel cumplimiento de la ley. Esto terminaba fomentando un fanatismo que no transformaba ni comprometía desde el interior a las personas.

He comprobado en la vida que hay tantos lideres fanáticos y puedo comprenderlo; pero que estos tengan innumerables seguidores simplemente me cuesta trabajo entenderlo.

Si, ya lo sé. También hay líderes positivos. Pero no tienen tantos seguidores como los otros. Y los que tiene no son tan radicales: ¿Será que han aprendido a ser libres?

El problema de los fanáticos es que creyendo agradar a Dios terminan agradándose a sí mismos, y que arrastran a muchos a vivir en la exterioridad y sentimentalismos, pero no el compromiso de entrega por los otros…

Seguiremos hablando de fanatismos mas adelante.

1 comentario:

  1. Oh por Dios!!! Que buena reflexión... Y al final yo también preguntaría: ¿A qué tipo de líderes sigues?

    ResponderEliminar