JESÚS NO VA A DAR UNA TEORÍA, VA A DAR SU PERSONA.
EVANGELIO
Juan 6, 44-52
44Nadie puede llegar hasta mí si el Padre que me envió no tira de él, y
yo lo resucitaré el último día. 45Está escrito en los profetas: «Serán
todos discípulos de Dios»; todo el que escucha al Padre y aprende se acerca a mí.
46No por que alguien haya visto personalmente al Padre, excepto el
que procede de Dios; ése ha visto personalmente al Padre.
Sin la experiencia de un Dios Padre dador de vida,
que quiere que sus hijos vivan verdaderamente esta vida, es imposible reconocer
a Jesús como quien puede ser nuestro alimento en esta dura batalla. Sin esta
experiencia, sólo se verá a Jesús, como
el Hijo de José y María, pero nunca como el pan que ha bajado del cielo. El
hombre tiene hambre existenciales y ha intentado saciarlas sin éxito, al final
de todas sus búsquedas sigue con igual o más hambre. Sólo Jesús conoce la vida
que el Padre quiere transmitirnos, él ha visto personalmente al Padre y puede
comunicarnos su propia vida.
47Pues sí, os lo aseguro: El que cree posee vida definitiva. 48Yo
soy el pan de la vida: 49Vuestros padres comieron el maná en el
desierto, pero murieron; 50éste
es el pan que baja del cielo para comerlo y no morir.
Cansados de tanta promesas, los hombres se vuelven
desconfiados; cansados de buscar el verdadero alimento, sin éxito, los hombres
se cansan; cansados de tantos alimentos superficiales, los hombres pierden la
esperanza. ¿Cómo volver a creer? ¿Cómo creer en el hijo de José y María? ¿Cómo
saber que no se trata de otro engaño? Es difícil. Sin embargo, hay que volver a
creer. Ya no hay maná, ya no hay pan caído del cielo. Ahora está la persona de
Jesús, su vida, su amor. La vida de Jesús es lo que saciará todas
las hambres.
51Yo soy el pan vivo bajado del
cielo; el que come pan de éste vivirá para siempre. Pero, además? el pan que yo
voy a dar es mi carne, para que el mundo viva.
Jesús no trae una teoría, va a dar su persona
misma. Su carne es su realidad humana. No hay trucos, el Dios hecho hombre, no
lleva ventajas. Desde su realidad humana ofrecerá el verdadero sentido de la
vida; desde su realidad de hombre aceptará vivir el amor fiel hasta la muerte.
La donación de su persona marcará el destino del discípulo. La verdadera vida
sólo se obtiene cuando se asume el estilo de vida de Jesús.
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