martes, 7 de agosto de 2012

No es a través de un milagro como se obtiene la condición divina, sino a través de la entrega de la propia vida,


No es a través de un milagro como se obtiene la condición divina, sino a través de la entrega de la propia vida,

Mateo 14,22-36. 

14, 22-23a: Enseguida obligó a los discípulos a que se embarcaran y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a las multitudes. 23ª Después de despedirlas subió al monte para orar a solas.
La oración de Jesús hay que entenderla como una oración para que los discípulos no se dejen deslumbrar ante la señal que ha hecho al saciar el hambre de los hombres. Despide a sus discípulos pues no quiere que estos contagien a la gente con la idea de un mesías poderoso.

vv. 23b-26: Caída la tarde, seguía allí solo.  24 Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, maltratada por las olas, porque llevaba viento contrario.  25 De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el mar. 26 Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar se asustaron diciendo que era un fantasma, y daban gritos de miedo.
La barca representa a la comunidad cristiana amenazada por una manera de pensar contraria la de Jesús. Los discípulos se resisten a abandonar la idea de un mesías de poder y eso hace que la comunidad se hunda. Caminar sobre el agua era lo propio de Dios según la concepción del Antiguo Testamento (Job 9,8; 38,16). A los discípulos se les hace imposible que Jesús posea la condición divina, prefieren pensar que es un fantasma.

v. 27: Jesús les habló enseguida: -¡Animo, soy yo, no tengáis miedo!
Jesús les invita a no tener miedo. Los discípulos están llenos de miedo pues el concepto que tiene acerca de Dios es terrorífico. Jesús quiere llenarlos de confianza y así cambiar su idea de Dios. Para san Mateo el nombre que la comunidad da a Dios es el de Padre, el que da la vida no el que priva de ella.

vv. 28-34: Pedro le contestó: -Señor, si eres tú, mándame llegar hasta ti andando sobre el agua. 29 El le dijo: -Ven. Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua para llegar hasta Jesús; 30 pero al sentir la fuerza del viento le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: -¡Sálvame, Señor! 31 Jesús extendió en seguida la mano, lo agarró  y le dijo: -¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?  32 En cuanto subieron a la barca cesó el viento. 33 Los de la barca se postraron ante él diciendo: -Realmente eres Hijo de Dios. 
            Pedro quiere retar a Jesús, no cree que un hombre pueda poseer la condición divina. Jesús lo invita a participar de la condición divina. Pedro cree y espera la fuerza de un milagro. Conoce el poder milagroso de Dios pero no conoce el poder de la entrega de la vida. Quiere que la condición divina se dé a través de un milagro. Pedro tendrá que entender que esta se logra en la entrega de la vida  contra una sociedad contraria al proyecto de Jesús  (Se había anunciado en las bienaventuranzas). Pedro al sentir la fuerza violenta de la sociedad clama a Jesús, es decir no ha entendido que la fuerza ya se la ha dado Jesús por confiar en él. En resumen: no es a través de un milagro como se obtiene la condición divina, sino a través de la entrega de la propia vida, aunque resulte difícil.

34-35: Terminada la travesía tomaron tierra en Genesaret. vv. 35-36: Los hombres del lugar, al reconocerlo,  avisaron por toda la comarca, y le llevaron los enfermos, 36 rogándole que les dejara tocar siquiera el borde de su manto, y todos los que lo tocaron se curaron.
No llegan a territorio pagano. Esto indica que los discípulos no están preparados todavía para la misión.
El manto representa la persona misma de Jesús (Otro día hablaremos del manto)
 Jesús no deja de transmitir vida. Su persona da sentido a la vida y a la existencia. Adherirse a él trae consigo la condición divina. No hay que tener miedo, vivir como Jesús es difícil, pero sólo la vida con él es vida verdadera.

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