HOY JESÚS NOS ENSEÑA A MIRAR DE MANERA DIFERENTE
EVANGELIO
LUCAS 21, 1-4
21 1Alzando los ojos vio a los
ricos que echaban sus donativos en el tesoro del templo; 2vio también a una
viuda muy pobre que echaba unos céntimos 3y dijo:
-Esa viuda, que es pobre, ha echado más que nadie os lo aseguro; 4porque todos esos han echado donativos de lo que les sobra; ella, en cambio, sacándolo de su falta, ha echado todo lo que tenía para vivir
-Esa viuda, que es pobre, ha echado más que nadie os lo aseguro; 4porque todos esos han echado donativos de lo que les sobra; ella, en cambio, sacándolo de su falta, ha echado todo lo que tenía para vivir
La mirada
de Jesús no es como todas las miradas. Hay miradas superficiales. Nos
acostumbramos a mirar en la misma dirección y de la misma manera.
Hoy Jesús
no enseña a mirar de manera diferente. No basta con tener ojos, es necesario
alzar la mirada. “Alzando los ojos vio a
los ricos que echaban sus donativos en el tesoro del templo…” Jesús no era
el único presente en ese lugar, pero era el único que miraba en lo profundo.
“…vio también a una viuda muy
pobre que echaba unos céntimos…” También la miró a ella, no pasó desapercibida su
presencia: “-Esa viuda, que es pobre, ha
echado más que nadie os lo aseguro; porque todos esos han echado donativos de
lo que les sobra; ella, en cambio, sacándolo de su falta, ha echado todo lo que
tenía para vivir” Esto nadie lo había visto.
Nos
deslumbramos ante lo aparatoso, juzgándolo como lo más grande y valioso.
Estimamos en nada lo sencillo. La calidad no está en lo cantidad, sino en el
corazón y empeño que se pone en la realización de las cosas. Todos daban de lo
que les sobraba, pero aquella viuda pobre echo todo lo que tenía para vivir.
Jesús
quiere hacer entender a sus discípulos que necesitan, para instaurar el reino
de Dios, una confianza como la de aquella viuda. Cuando Jesús reafirmó lo difícil
que sería para los que confían en las riquezas entrar en el reino, los
discípulos expresaron “qué entonces como podría subsistirse”. Jesús le
respondió que humanamente era imposible, pero con Dios todo era posible. En
aquella ocasión los discípulos manifestaron no haber encontrado en Dios todavía
su tesoro.
Que difícil
se nos hace desprendernos de nuestras riquezas para ganar el verdadero tesoro. Cuidado,
Jesús no alaba a aquella viuda por dar al templo, figura del poder religioso
opresor, su vida, sino por la capacidad de renunciar al dinero para encontrar
en Dios su riqueza, su vida.