viernes, 23 de noviembre de 2012

NO ES EL PODER LO QUE PUEDE DARNOS LA PAZ



LA GRANDEZA ESTÁ EN LO SENCILLO


EVANGELIO


LUCAS 19, 41-44

41Al acercarse y ver la ciudad, le dijo llorando por ella: 42-¡Si también tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no, no tienes ojos para verlo. 43Por eso van a llegar días en que tus enemigos te rodeen de trincheras, te sitien, aprieten el cerco, 44te arrasen con tus hijos dentro y no dejen en ti piedra sobre piedra; porque no reconociste la oportunidad que Dios te daba.

Seguimos sin reconocer las oportunidades que Dios nos da a cada día. Nuestra ceguera, nuestra ambición, nuestra sed de predominio dificultan el camino hacia una vida más plena. El pueblo de Israel esperaba el reino de Dios, pero su deseo desmedido de dominar a las demás naciones no le permitió entender que lo que Dios esperaba era algo mucho  más grande. Se nos hace tan difícil reconocer la pequeñez de nuestros mezquinos intereses y la grandeza de lo sencillo. Nos faltan ojos para reconocer que no es en la fuerza o en el sometimiento de los otros donde brilla con toda su intensidad la gloria del Padre.
Israel perdió su oportunidad porque teniendo en Jesús la posibilidad de comenzar una humanidad nueva, con los valores del reino, prefirió seguir alimentando a los suyos con el pan del triunfalismo. Cuidado no nos vaya a pasar también a nosotros, no vaya a ser que nuestros sueños de grandeza vengan acompañados de pesadillas, pues en un mundo de rivales siempre habrá otros más fuertes que provoquen nuestra caída. 

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