miércoles, 21 de noviembre de 2012

Quien no fructifica se queda vacío, estéril, seco, muerto.


Quien no fructifica se queda vacío, estéril, seco, muerto.


EVANGELIO


LUCAS 19, 11-28


11Como ellos lo estaban escuchando, añadió una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el reinado de Dios iba a despuntar de un momento a otro. 12Dijo así: -Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguir el título de rey y volver después. 13Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, encargándoles: -Negociad mientras vuelvo. 14Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron detrás de él una delegación que dijese: "No queremos a éste por rey". 15Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo habían ganado. 16El primero se presentó y dijo: -Señor, tu onza ha producido diez. 17Él le contestó: -Muy bien, empleado bueno; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades. 18El segundo llegó y dijo: -Tu onza, Señor, ha producido cinco. 19A éste le dijo también: -Pues tú toma el mando de cinco ciudades. 20El otro llegó y dijo: -Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en un pañuelo; 21te tenía miedo porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras. 22Él le contestó:
-Por tu boca te condeno, empleado perverso. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? 23Entonces, ¿por qué razón no has puesto mi dinero en el banco? Así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses. 24Dijo entonces a los presentes: -Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez. 25Le replicaron: -¡Señor, si tiene ya diez onzas! 26-Os digo que a todo el que produce se le dará, y al que no produce se le quitará hasta lo que había recibido. 27Y a esos enemigos míos que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia. 28 Y, dicho esto, echó a andar delante, prosiguiendo la subida a la ciudad de Jerusalén.

El reino de Dios no llega estruendosamente, lo había advertido Jesús. Pero cada quien sigue con su idea y piensan que Dios meterá el hombro por Israel y les dará el dominio sobre las demás naciones: pensaban que el reinado de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Es  cierto, Dios sacara la cara por sus hijos pero no de la forma como ellos lo imaginan. Jesús con la entrega de su vida mostrará cual es el camino que el Padre quiere. Sin embargo hay quienes se oponen al proyecto: -Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguir el título de rey y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, encargándoles: -Negociad mientras vuelvo. Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron detrás de él una delegación que dijese: "No queremos a éste por rey". Jesús es el hombre noble al que le quitaran la vida, se convertirá en el rey con la entrega de su vida en la cruz, volverá después de la resurrección y verificará como hemos hecho producir nuestra vida en favor de los hermanos.
La comunidad cristiana ha de estar formada por personas que asumiendo el estilo de vida de Jesús fructifican su vida en la entrega continua de su persona en el amor. En el reino, comunidad cristiana, no hay lugar para los miedosos: -Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en un pañuelo; te tenía miedo porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras. Él le contestó: -Por tu boca te condeno, empleado perverso. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Entonces, ¿por qué razón no has puesto mi dinero en el banco? Así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses. Dijo entonces a los presentes: -Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez.
Por último, el miedo que impide fructificar, se debe a la idea de un Dios que se comporta como un déspota, idea transmitida por los dirigentes judíos. Jesús cambia esta idea pues quien fructifica sigue plenificando su vida, y hace ver que la idea de un Dios como la presentada por los dirigentes inutiliza al hombre haciéndole desgraciada su vida. Quien no fructifica se queda vacío, estéril, seco, muerto.

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