domingo, 25 de noviembre de 2012

EL REINO DE JESÚS NO TIENE ESCLAVOS NI USA LA FUERZA.


EL REINO DE JESÚS NO TIENE SOLDADOS (AGENTES DE LA VIOLENCIA)


EVANGELIO


LUCAS 18, 33-37


33Entró de nuevo Pilato en la residencia, llamó a Jesús y le dijo:-¿Tú eres el rey de los judíos? 34Contestó Jesús: -¿Dices tú eso como cosa tuya o te lo han dicho otros de mí?
35Replicó Pilato:-¿Acaso soy yo judío? Tu propia nación y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? 36Contestó Jesús: -La realeza mía no pertenece al orden este. Si mi realeza perteneciera al orden este, mis propios guardias habrían luchado para impedir que me entregaran a las autoridades judías. Ahora que mi realeza no es de aquí. 37Le preguntó entonces Pilato: -Luego ¿tú eres rey? Contestó Jesús: -Tú lo estás diciendo, yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio en favor de la verdad. Todo el que pertenece a la verdad escucha mi voz.

Pilato entra para refugiarse del acoso de los judíos. Hace llamar a Jesús que se encontraba con sus acusadores. Le pregunta: ¿tú eres el rey de los judíos? Este título hacía referencia a un caudillo guerrero que deseaba acabar con los romanos. Los líderes religiosos de Israel lo presentan de esta manera para que ante Pilato no tenga escapatoria. Jesús invita a Pilato a pensar por el mismo, a responsabilizarse como juez. Pero a Pilato no le importa juzgar con justicia, sólo quiere saber si Jesús representa algún peligro.
Los sumos sacerdotes quieren a como dé lugar acabar con Jesús. Les ha echado en cara que han convertido la casa del Padre en cueva de ladrones, que no son pastores sino lobos que dispersan a las ovejas, les ha llamado guías ciegos, les ha hablado con la verdad.
¿Qué has hecho? Las obras del Padre. El Padre es el transmisor de la vida: ha dado vida a los muertos. El mismo Pilato se extraña del odio que tienen contra él los dirigentes judíos.
Jesús no contesta la pregunta de Pilato sino que explica el tipo de Rey que es él.
El reino de Jesús no se construye en la violencia, no tiene guardias, no pelea, no defiende nada, no es como los de este mundo. No le interesa el trono de Pilato ni de nadie.
Pilato no puede entender un rey que no quiera el poder y que no use la violencia para defender su corona. Lo poderosos de este mundo se alimentan del miedo y la servidumbre de sus vasallos, y consiguen la servidumbre de sus vasallos a través de la violencia, algunas veces física otras sicológica.
Jesús acepta que es rey, pero no ya de los judíos, es el rey de la humanidad nueva, es el rey con un reino formado por hombres y mujeres que renunciado al poder y la ambición desean vivir de cara a sus hermanos, un reino que no tiene fronteras ni límites de razas o naciones.
El reina, no en un lugar geográfico, sino donde está la verdad. En el evangelio de san Juan la verdad es la vida y la vida no es un mero ciclo biológico. La vida es la presencia de Dios en la vida de las personas, es la dignificación de los seres humanos, el desarrollo humano, la plenitud del ser personas, la experiencia de vivir como hermanos y hermanas. La verdad da la libertad, y la libertad nos lleva a experimentarnos hermanos de la humanidad e hijos de Dios.

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