Aprendamos de Jesús que es sencillo y humilde.
EVANGELIO
Mateo 11, 28-30
28Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os
daré respiro,. 29Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy
sencillo y humilde: encontrareis vuestro respiro, 30pues mi yugo es llevadero y mi
carga ligera.
Otro
pasaje breve. El evangelio de hoy es continuación del evangelio de ayer. Lo
primero que había que establecer es ¿quiénes son los rendidos y abrumados? ¿Quiénes
son los que los abruman? ¿Qué es lo que les abruma?
Lo primero que contestaremos es lo
que los abruma. El Señor en el libro del éxodo dio a Moisés el decálogo. Los
sabios y entendidos comenzaron a desmenuzarlo hasta llegar a 613 mandamientos y con el paso del
tiempo llegaron a ser cerca de 5000.
¿Quiénes son los rendidos y abrumados?
Con tanto mandamiento la gente sencilla quedaba rendida y abrumada, no sólo por
el no cumplimiento, sino también por el no aprendizaje de ellos. Todo esto, a
la gente sencilla, les hacía pensar que Dios resultaba inaccesible. Ante la ley,
más de los líderes religiosos que de Dios, el pueblo sencillo, terminaba
abrumado.
Nos queda cloro que los abrumadores
eran los líderes religiosos (sabios y entendidos), que con tantas leyes hacían
imposible la mistad con Dios.
Jesús es consciente de todo esto,
por eso declara: acercaos a mí. El acercamiento a Jesús no es un acercamiento
físico. Se trata, más bien, de darle la adhesión, configurarse con él, de impregnarse
de su persona y su mensaje, hasta quedar convertido en un alter Christus (otro
Cristo). Cuando el leño seco se acerca al fuego también el queda convertido en
fuego hasta consumirse, así pasa con quien se acerca a Cristo. El que se acerca
a él queda convertido en amor, entrega, compromiso, vida verdadera, etc.
Su yugo suave y su carga liguera no
es otra que la vivencia del Sermón de la montaña (las bienaventuranzas). Esta
nueva ley, no es abrumadora, pues lleva en sí misma la felicidad, presente y
futura.
Toda
esta realidad no se entiende ni se experimenta sin la sencillez. La sencillez
es requisito indispensable para hacer vida este evangelio, por eso: aprendamos
de él que es sencillo y humilde.
¿Y a nosotros que nos abruma y nos tiene rendidos? ¿Qué y quién nos hace accesible a Dios? ¿Vivo la cercanía de Dios en mi vida?
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