NO TENGAN MIEDO
EVANGELIO
Mateo 10, 24-33
24Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo. 25Ya
le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Y si al
cabeza de familia le han puesto de mote Belcebú, ¡cuánto más a los de su casa!
No se trata aquí de quien es más ni de quien es menos. De lo que se
trata es que si ha existido la calumnia y la mentira para el maestro, también
la habrá para el discípulo. Por lo tanto el discípulo debe estar preparado para
todo pues la misión no es tarea fácil. Si no ha existido el respeto para el
maestro tampoco lo habrá para sus seguidores.
26Conque no les cojáis miedo, porque nada hay cubierto que no deba
descubrirse ni nada escondido que no deba saberse; 27lo que os digo
de noche, decidlo en pleno día, y lo que escucháis al oído, pregonadlo desde la
azotea.
El miedo paraliza y no deja avanzar. Es necesario, sin enfrentamientos
hostiles, seguir anunciando la llegada del Reino. El mensaje no puede ni debe
permanecer oculto tiene que decirse en pleno día y desde las azoteas a pesar
del odio de los enemigos. Dicen que lo que hace la diferencia entre el miedoso
y el cobarde, es que el cobarde permanece en el miedo. Nadie puede. El cristiano
debe vencer el miedo y proclamar el mensaje de vida de Jesús.
28Tampoco tengáis miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar
la vida; temed si acaso al que puede acabar con vida y cuerpo en el fuego.
El cuerpo es el aspecto físico de la persona, y habrá quien pueda hacernos
daño en lo físico, pero no pueden acabar con nuestras convicciones, con nuestros
ideales, con nuestros sueños, con lo que va más allá de nuestra materia.
29¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni
uno solo caerá al suelo sin que lo sepa vuestro Padre. 30Pues, de
vosotros, hasta los pelos de la cabeza están contados. 31Conque no tengáis
miedo, que vosotros valéis más que todos los gorriones juntos.
Al único que habría que tenerle miedo es a Dios; pues él podría acabar
con la vida, pero como este es un Padre amoroso que cuida incluso de los pajarillos
que se venden por unos cuartos, se acaba la razón para el miedo.
¡Qué difícil se le hace entender a nuestra gente que Dios no puede ser un
Dios al que hay que tenerle miedo¡ Tanto tiempo ha pasado desde que se
escribieron estás palabras y seguimos con la idea del Dios inquisidor.
32En conclusión: Por todo el que se
pronuncie por mí ante los hombres, me pronunciaré también yo ante mi Padre del
cielo, 33pero al que me niegue ante los hombres, lo negaré yo a mi
vez ante mi Padre del cielo.
De la fidelidad del discípulo, a Jesús, ante las dificultades de la vida,
dependerá su suerte final.
Negar a Jesús, es para el discípulo, en el fondo, negarse a sí mismo,
renunciar a sus convicciones y a lo que puede darle sentido verdadero a la
vida.
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