NOS PREOCUPAN TANTOS HOMBRES Y MUJERES QUE NO HAN ESTRENADO EL DON DE LA PALABRA
EVANGELIO
Mateo 9, 32-38
32Mientras salían los ciegos, le presentaron a un endemoniado mudo. 33Echó
al demonio y el mudo habló. La multitud decía admirada:
-Jamás
se ha visto cosa semejante en Israel
La necedad, la terquedad cierra la comunicación. El
hombre se cierra a la comunicación por muchos motivos: unas veces por miedo,
otras porque enajenado con las ideas de siempre son incapaz de abrirse a lo
nuevo. Hay quienes mantienen callados (mudos) a otros; y estos otros no dicen
sino lo que otros les mandan. El mudo representa al pueblo de Israel incapaz de
entrar en comunicación con Jesús.
Jesús libera al hombre haciéndolo capaz de hablar
por sí mismo. El hombre es libre cuando deja de repetir lo que otros le han
comunicado, cuando se vuelve crítico y percibe las ideologías opresoras, y
comienza a expresar con sus propias palabras la experiencia que ha vivido.
Que
alguien hable por sí mismo, sin ser bocina de otro, es una cosa que provoca la
admiración. Veo tanta gente que no tiene criterio propio, que son repetidores
de las frases de moda o de comentarios vacíos.
.
34-En cambio, los fariseos decían:
-Echa
a los demonios con poder del jefe de los demonios.
Nunca faltan los que se oponen a que el hombre
exprese su propio pensamiento o a que haya alguien que promueva la libertad de pensamiento.
Quieren controlarlo todo, incluso las ideas. No pueden tolerar que haya quienes
maduren y expresen sus propias ideas. Quieren mantener el control de la palabra
y que se diga sólo lo oficialmente permitido. Son los maestros de la censura y
la prohibición. Desean que el hombre permanezca en un estado infantil y no
madure.
35Recorría Jesús todos los pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas
de ellos, proclamando la buena noticia del Reino y curando todo achaque y
enfermedad.
El trabajo, la misión, es abrir los labios y soltar
la lengua de los mudos. Jesús fue un incansable trabajador en este sentido, por
eso recorría pueblos y aldeas anunciando el Reino, que es la buena noticia de
Un Dios a quien se le puede hablar con la confianza de un hijo.
36Viendo a las multitudes, se conmovió, porque andaban maltrechas y
derrengadas como ovejas sin pastor.
-La
mies es abundante y los braceros pocos; por eso, 38rogad al dueño
que mande braceros a su mies.
La mies sigue siendo abundante. El mundo está lleno
de mudos a los cuales hay que hacer hablar. Hacen falta braceros que ayuden a
otros a estrenar el don de la palabra. Claro está, no se trata sólo de hablar por
hablar. Se trata de que el hablar brote de una experiencia profunda de
encuentro con el Señor.
Todavía
nos conmueven, como a Jesús, tantos obreros, campesinos, estudiantes, mujeres,
esposas, que, ante sistemas opresores, no han estrenado el don de la palabra
que devuelve la dignidad y los derechos.
Una idea no se puede controlar, los ideales no se pueden destruir; las palabras no son llevadas por el viento, por eso como bien dices "... no se trata sólo de hablar por hablar. Se trata de que el hablar brote de una experiencia profunda de encuentro con el Señor", si lo que digamos es fruto del encuentro con el Señor, lo que brote de nuestros labios serán palabras vivas, palabras de amor, de aliento, de esperanza; serán palabras que no podrán ser detenidas, destruidas o compradas...
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