martes, 25 de septiembre de 2012

¿ADMIRADORES O SEGUIDORES DE JESÚS?


EVANGELIOLUCAS 8, 19-21 

¿POR QUÉ EN UN PAÍS CATÓLICO COMO EL NUESTRO SE DAN LOS MAS ALTOS ÍNDICES DE CRIMINALIDAD?


19Se presentó allí su madre con sus hermanos, pero no lograban llegar hasta él por causa de la multitud. 20Entonces le avisaron: -Tu madre y tus hermanos se han quedado fuera y quieren verte. 21Pero él les contestó: -Madre y hermanos míos son los que escuchan el mensaje de Dios y lo ponen por obra.

En una traducción del evangelio como la que utilizamos es más sencillo descubrir rasgos que en otros se omiten y que son importantes para profundizar en el mensaje. Fijémonos en que en la primera parte en que se menciona a la madre aparece con minúscula y en la segunda con mayúscula, en ninguna de las dos partes lleva nombre, por lo tanto hay que descubrir a quien se refiere el evangelista al presentarlo de esta manera.
            La madre y los hermanos representan al pueblo de Israel que permanece lejos de Jesús, que se ha quedado fuera de la enseñanza del maestro, que piensa que los vínculos de sangre o la pertenencia a un pueblo aseguran la fidelidad a Dios. Por eso dice el evangelista que se han quedado fuera. Quieren verlo pero no son capaces de acercarse hasta él, quieren que Jesús se adecue a sus tradiciones, leyes, costumbres y no ellos adecuarse al mensaje de libertad y de vida que trasciende los horizontes, reducidos del pueblo judío.
La Madre y los hermanos representa al nuevo Israel, al nuevo grupo de discípulos que no están unidos a Jesús por la pertenencia a un pueblo o raza, sino porque se han identificado y hecho suyo el mensaje. Estos han recibido la semilla y la han hecho fructificar, han recibido el mensaje y no han permitido que el poder, la ambición, la inconstancia, las preocupaciones de esta vida, el afán de la riqueza, echen a perder el mensaje. Escuchan el mensaje y lo ponen en práctica, no se contentan con convertirse en admiradores de Jesús son realmente sus seguidores.

Hay  un grupo más que es el de la multitud que sólo escucha. Son los admiradores de Jesús pero no que no terminan de comprometerse. Este grupo parece muy numeroso, quizá tan numeroso como el primero.

Es vergonzoso que en un país mayoritariamente católico como el nuestro, se den los más grandes índices de corrupción y delincuencia. Semana a semana se realizan en nuestro país bautismos, confirmaciones, primeras comuniones, etc. y sin embargo somos un país lleno de violencia en sus más variadas formas. No será que más que seguidores de Jesús sólo somos sus admiradores. Nos bautizan peno no nos atrevemos a vivir como hijos del Padre, nos confirman, pero no vivimos como testigos del amor de Cristo, nos confesamos, pero no nos convertimos. Somos admiradores, pero aun no seguidores, escuchamos la palabra, la meditamos en nuestro corazón, pero no la hemos puesto en práctica. Así andamos los que nos decimos discípulos de Jesús…

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