EVANGELIOLUCAS 8, 19-21
¿POR QUÉ EN UN PAÍS CATÓLICO COMO EL NUESTRO SE DAN LOS MAS ALTOS ÍNDICES DE CRIMINALIDAD?
19Se presentó allí su madre con sus hermanos, pero no
lograban llegar hasta él por causa de la multitud. 20Entonces le
avisaron: -Tu madre y tus hermanos se han quedado fuera y quieren verte. 21Pero él les
contestó: -Madre y hermanos míos son los que escuchan el mensaje de Dios y lo
ponen por obra.
En
una traducción del evangelio como la que utilizamos es más sencillo descubrir
rasgos que en otros se omiten y que son importantes para profundizar en el
mensaje. Fijémonos en que en la primera parte en que se menciona a la madre aparece
con minúscula y en la segunda con mayúscula, en ninguna de las dos partes lleva
nombre, por lo tanto hay que descubrir a quien se refiere el evangelista al
presentarlo de esta manera.
La madre y los hermanos representan
al pueblo de Israel que permanece lejos de Jesús, que se ha quedado fuera de la
enseñanza del maestro, que piensa que los vínculos de sangre o la pertenencia a
un pueblo aseguran la fidelidad a Dios. Por eso dice el evangelista que se han
quedado fuera. Quieren verlo pero no son capaces de acercarse hasta él, quieren
que Jesús se adecue a sus tradiciones, leyes, costumbres y no ellos adecuarse
al mensaje de libertad y de vida que trasciende los horizontes, reducidos del
pueblo judío.
La Madre y los hermanos
representa al nuevo Israel, al nuevo grupo de discípulos que no están unidos a Jesús
por la pertenencia a un pueblo o raza, sino porque se han identificado y hecho suyo
el mensaje. Estos han recibido la semilla y la han hecho fructificar, han
recibido el mensaje y no han permitido que el poder, la ambición, la
inconstancia, las preocupaciones de esta vida, el afán de la riqueza, echen a perder
el mensaje. Escuchan el mensaje y lo ponen en práctica, no se contentan con
convertirse en admiradores de Jesús son realmente sus seguidores.
Hay un grupo más que es el de la multitud que
sólo escucha. Son los admiradores de Jesús pero no que no terminan de
comprometerse. Este grupo parece muy numeroso, quizá tan numeroso como el
primero.
Es vergonzoso que en
un país mayoritariamente católico como el nuestro, se den los más grandes índices
de corrupción y delincuencia. Semana a semana se realizan en nuestro país
bautismos, confirmaciones, primeras comuniones, etc. y sin embargo somos un
país lleno de violencia en sus más variadas formas. No será que más que
seguidores de Jesús sólo somos sus admiradores. Nos bautizan peno no nos
atrevemos a vivir como hijos del Padre, nos confirman, pero no vivimos como
testigos del amor de Cristo, nos confesamos, pero no nos convertimos. Somos
admiradores, pero aun no seguidores, escuchamos la palabra, la meditamos en
nuestro corazón, pero no la hemos puesto en práctica. Así andamos los que nos
decimos discípulos de Jesús…
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