miércoles, 26 de septiembre de 2012

NO PODEMOS LIBERAR A OTROS, SINO NOS HEMOS LIBERADO A NOSOTROS MISMOS


LIBERARNOS PARA LIBERAR
EVANGELIO
LUCAS 9, 1-6

9 1Convocó a los Doce y les dio fuerza y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. 2Luego los envió a proclamar el reinado de Dios y a curar a los enfermos, 3diciéndoles: -No cojáis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero, ni llevéis cada uno dos túnicas. 4Quedaos en la casa en que os alojéis hasta que os vayáis de aquel lugar. 5y en caso de que no os reciban, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como prueba contra ellos. 6Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la buena noticia y curando en todas partes.

Este pasaje se entiende mejor comparándolo con el envío de los setenta (cfr. 10,17-20).  Misión que tendrá óptimos resultados en contra posición del envío de los doce.
Los doce permanecen con sus resistencias al mensaje de Jesús, no siguen correctamente las indicaciones del maestro y hacen lo que creen conveniente, Veamos:
-         Se les da fuerza ya autoridad sobre los demonios, pero eso no menciona que lo hayan realizado. Por otro lado más adelante veremos que no son capaces de liberar al niño epiléptico.
-         Jesús los envía a las casas y a las ciudades, ellos van a las aldeas. A diferencia de las ciudades, en el evangelio, aldea es la palabra que se utiliza para referirse a un lugar donde las personas están poseídas por una ideología particularista contraria al mensaje universal del reino. Los discípulos asisten ahí porque es gente que piensa como ellos, pero no como Jesús.
-         Anuncian la buena nueva, pero no se precisa la manera como se proclama el Reino de Dios.
La misión tiene como contenido la paz entre todos los hombres por eso no hay que llevar bastón, no es la misión del pordiosero por eso no hay que llevar morral, debe hacerse libre de todo apego, no hay que llevar dinero, ni pan pues hay que confiar en la solidaridad de la gente, debe hacerse en la sencillez, dos túnicas era en Israel era signo de ostentación. Para que la misión sea eficaz hay que realizarla al estilo de Jesús, pues solo libera el que es libre. Hoy como iglesia seguimos fracasando porque, como los doce, seguimos atados a nuestros viejos modos de hacer las cosas, queremos que todo cambie sin cambiar nosotros,  y no permitimos que otros nos enseñen nuevos caminos de libertad y amor. Hay tantos poseídos por ideologías contrarias al amor y no lograremos liberarlos hasta que no nos liberemos a nosotros mismos…

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